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domingo, 26 de agosto de 2012

Por qué se quema un monte

Siempre he sospechado que los tremendos incendios veraniegos no pueden tener su origen en barbacoas mal apagadas, colillas tiradas desde el coche o un vidrio que ha reflejado la luz del sol. Quizás algún incendio pequeño que aparece al borde de una carretera se deba a un cigarro pero cuando aparecen varios focos a la vez, amigo, aquí hay intención.


En un principio creí que se quemaba el monte para urbanizarlo pero tengo entendido que ahora esto no puede ser porque no cabe urbanizar en un terreno quemado hasta que hayan pasado décadas. Demasiada planificación para un pirómano especulador pero me hace notar un comentarista que las leyes no siempre se cumplen.

El amigo @Rokko69_RM estuvo un verano ayudando a apagar incendios y me ha comentado por Twitter algunas causas frecuentes de incendio. Las coloco aquí para tenerlas a mano y porque es interesante aunque tenga poco que ver con la protección al consumidor. He añadido mis propios comentarios con lo que me parece razonable así que si hay alguna barbaridad es culpa mía.

Allá van:
  1. Despejar las lindes entre propiedades. En un monte quemado es más fácil aclarar hasta donde llega el dominio de cada uno. En el mundo rural no suele acudirse al juicio declarativo de dominio sino que estos conflictos pueden resolverse hasta con escopeta. Si estás dispuesto a meterle una plomada al vecino desde luego que eres capaz de prenderle fuego a su finca.
  2. Otras rencillas entre vecinos. Una linde mal definida es un motivo para pelearse pero puede haber mil más: amoríos no correspondidos, negocios que han salido mal, préstamos que no se devuelven o incluso las injusticias que se cometen durante una concentración parcelaria. Estas rencillas pueden perpetuarse de generación en generación y no es raro que tras una pelea entre los bisabuelos se mantenga la discordia entre los bisnietos.
  3. Procurar pastos. El ganado no puede pastar en zonas de matorral así que tras la quema podrá ampliarse el terreno destinado a la ganadería. Esto desde luego que se me escapa, no tengo ni idea acerca de cuánto tiempo tiene que pasar para que una vaca saque algo nutritivo de un monte quemado.
  4. Montes improductivos. En línea con lo anterior. Si el monte me quita terreno de pasto y encima no sirve para nada, pues lo quemo. Hay casos de pinares en los que de un año para otro han empezado a aparecer níscalos. Mejor recoger níscalos y ganarse un dinero que quemarlo todo. Un monte útil es un monte más protegido.  
  5. Facturar horas de trabajos de extinción. Esta es mi causa favorita (mía, no de Rokko). Si cobro más por apagar incendios tengo un incentivo poderoso para que haya incendios que apagar. Imagino que una cuadrilla de extinción de incendios sabe mejor que nadie cómo y cuando quemar un monte. No digo que lo hagan; digo que tienen un incentivo potente.
  6. Protesta ante la Administración. Aquí hay de nuevo miles de causas, además de la reparcelación injusta a la que antes aludía: una subvención que no llega, una indemnización escasa, una prohibición que me afecta especialmente... pues te quemo el monte. Hay montes privados y hay montes públicos así que averiguar la titularidad del monte quemado probablemente ayude en la investigación.
  7. Disconformidad con la política forestal. De nuevo es un motivo similar al anterior. Viene alguien de la capital a repoblar con hayas y yo, que soy muy de campo, pienso que en esa zona había que repoblar con robles que dan mejor leña, o que ni siquiera había que repoblar porque es una zona de pastos. ¿El ecologista pide pinos, el urbanita me pone chopos y yo quiero cedros? Mi cerilla tiene la última palabra. 
  8. Diversión. Esto es más raro pero un buen fuego atrae la atención de los medios de comunicación, aviones y helicópteros sobrevuelan la zona y en general se lía una buena. Además las llamas tienen un no se qué hipnótico que le da un toque romántico a la gamberrada.
  9. Cultura pirómana. En algunas zonas de España (Galicia, Zamora) hay una cierta costumbre de quemar. Para mí esto es bastante difícil de entender pero tampoco entiendo el gusto valenciano por los petardos y ahí están las Fallas.
  10. Reducción del presupuesto de vigilancia contra el fuego. Ésta no es en sí misma una causa del fuego pero lógicamente acentúa la gravedad de cualquier incendio que se origine.
Los motivos aquí indicados no son excluyentes y por tanto pueden coincidir varios en un mismo fuego. Parece que hay muchas más posibles causas de incendio así que si alguien tiene alguna nueva que aportar que me deje un comentario y la añado.

Existen algunas circunstancias que ayudan a que el monte no se queme. Por ejemplo, si la población cercana está muy ligada económicamente al monte. Si el monte pertenece al Ayuntamiento, éste lo explota vendiendo maderas y luego reparte el producto de la renta entre los vecinos, los vecinos tendrán un buen incentivo para cuidar el monte.

En fin, que el tema tiene tela.

Saludos,

Actualización 7 de septiembre. 

Quim, un comentarista de este post, ha comentado dos causas adicionales:

  1. Empresas de madera que quieren eliminar competencia. Si tienes maderas almacenadas un incendio hará que la madera sea un bien escaso y te ayudará a darle salida a tu stock con precio mejor. 
  2. Empresas de madera que quieren aprovechar las maderas que sobreviven al fuego. Este motivo me extraña porque 1) si eres el dueño del monte recoger la madera a base de fuego es un poco raro y 2) si no eres el dueño del monte recoger la madera quemada exige una cara demasiado dura. No lo veo.
En fin, aquí sigo recopilando.

Actualización 11.11.2013

  1. Quemar el monte para acceder más fácilmente a un terreno enclavado.