Tuve una mala experiencia con Aquarelle: ni entregaron los bombones ni devolvieron la pasta. Luego me empezaron a enviar spam. Llevaban tranquilos desde octubre 2010. Hoy, 15 de septiembre de 2011, ¡han vuelto a mi buzón!
Tienen la base de datos inscrita en el registro de la Agencia Española de Protección de Datos, cosa que no sirve para nada. No voy a denunciar a la AEPD, porque esos locos, por estas cosas, te multan con cientos de miles de euros, y tampoco es plan.
Pero cuanto más insistan en hacerme publicidad, más insistiré en hacer antipublicidad.
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